sábado, 27 de febrero de 2016

Hagamos entre todxs el Mapa de la Soberanía Alimentaria en Argentina

Muchxs me preguntan de qué modo pueden colaborar con este Viaje por la Soberanía Alimentaria. 
Aquí va una propuesta concreta: hagamos entre todxs el Mapa de la Soberanía Alimentaria en Argentina. 
¿Cuál es la finalidad del mapa? Que todxs y cada unx de nosotrxs pueda visualizar vía web las experiencias o conflictos de soberanía alimentaria en el país y su descripción e información de contacto. Y así, podamos conocernos, intercambiar, compartir, visitar y, lo más importante, luchar juntxs por otro sistema alimentario. 
Dicho en otros términos: una herramienta concreta para que podamos entre todxs tejer una red cada vez más amplia y fuerte. Saber dónde estamos parados, lo que hemos avanzado y lo que falta. Y movidos, siempre, por el anhelo de que la red se enriquezca y densifique cada día más. 
Para lxs que no lo saben, en ATE Nacional funciona hace un tiempo una Mesa de Soberanía Alimentaria. 
Desde esa mesa, el año pasado se organizó un Seminario Virtual de Soberanía Alimentaria, del que tuve el honor de formar parte como tutor académico.
El trabajo final que le pedimos a lxs participantes fue, precisamente, identificar y describir una experiencia o conflicto de soberanía alimentaria. 
Cosechamos sesenta trabajos muy interesantes y, en este Viaje por la Soberanía Alimentaria, me estoy reuniendo con lxs participantes y visitando las experiencias o conflictos que describieron en sus trabajos finales junto a ellxs. 
Toda esa información, toda la que voy reuniendo en el viaje y toda la que todxs y cada unx de nosotrxs podemos aportar, va a la construcción de ese mapa virtual, que será, naturalmente, de acceso público, gratuito e irrestricto. 
Quien está coordinando esa titánica tarea desde la Mesa es Sol Triano quien, entre muchas otras virtudes, trabajó incansablemente en la elaboración participativa y popular del Proyecto de Ley Marco de Derecho a la Alimentación con Seguridad y Soberanía Alimentaria que fuera presentado por la diputada nacional mandato vencido Liliana Parada y que, lamentablemente (y debido también a la falta de nuestra presión popular persistente y constante), como tantos otros proyectos legislativos valiosos, está cajoneado en el Honorable Congreso de la Nación.
Entonces hoy, aquí y ahora, te pido a vos, que lees estas líneas, que nos ayudes con la identificación y descripción de una experiencia o conflicto de soberanía alimentaria en Argentina.
Si no conoces ninguna, te pido el esfuercito de tratar de investigar un poquito y salir a conocerla. Que sea local, en tu metro cuadrado (no literalmente) dentro de lo posible.
Para facilitar esta tarea, te ofrezco las siguientes pautas:

 

¿Cómo identificamos una experiencia o emprendimiento de la Soberanía Alimentaria 

 

Eje 1. Emprendimientos de la Soberanía Alimentaria (SA)

 

Se trata de experiencias que se dedican a la producción, comercialización de alimentos con criterios de la SA, o de experiencias de consumo responsable. 

 

Para ayudarte a su identificación:

 

¿Conocés en tu barrio, tu localidad, en las cercanías de los espacios donde estudias/trabajás, alguna feria de productos agroecológicos? ¿Conocés de algún grupo de personas que se esté organizando para comprar verdura sin pesticidas o pollos criados a campo? ¿Conocés algún emprendimiento que comercialice alimentos de la agricultura familiar o agroecológicos? ¿Formás parte de alguna red de comercio justo? ¿Te dedicás a alguna actividad de producción de alimentos que cumplan algunos de los principios de la Soberanía Alimentaria? ¿Integrás cooperativas o colectivos solidarios para la producción de alimentos?

 

Si la experiencia sobre la que vas a trabajar se encuadra en este Eje, estos son los aspectos que debieras incluir en tu descripción:

 

a) Nombre o denominación aproximada del emprendimiento 
b) Localización geográfica (algún dato sobre la localidad)
c) Descripción de las características sociales, ambientales, económicas, comerciales, culturales, del territorio donde se desarrolla este emprendimiento.
d) A qué se dedica principalmente la experiencia que vas a investigar y si tiene alguna actividad secundaria o de menor envergadura. (Si producen alimentos, qué tipo de alimentos producen)
e) Descripción del emprendimiento: cuántas y cuáles organizaciones la integran (si corresponde), cuántas personas aproximadamente forman parte, característica de funcionamiento (acciones, periodicidad de los encuentros, etc.), Año en el que comenzaron a funcionar.
f) Cuáles han sido los logros que los mismos protagonistas visualizan de esta experiencia (ejemplo: mejoras de las condiciones en las que producen o comercializan, mayor difusión de su actividad, etc.).
g) Cuáles son los principales obstáculos que les dificulta sostener o mejorar esta experiencia. (ejemplo, acceso al crédito, mayor difusión, más demanda de sus productos, etc etc.)
h) A partir de lo que llegaste a conocer de esta experiencia, te pedimos ubreve análisis utilizando alguno de los conceptos que vimos durante la cursada (características del sistema alimentario, principios de la Soberanía Alimentaria, etc)
i) Un breve relato acerca de la/s estrategia/s que utilizaste para realizar la pesquisa: si realizaste búsqueda de material (folletos, vía web), si contactaste a referentes, si concurriste en el momento de alguna actividad específica del emprendimiento, y lo que consideres importante. 

 

 

Eje 2. Conflictos por la Soberanía Alimentaria

 

Se trata de experiencias de denuncia, resistencia o lucha en torno de algún aspecto central de la SA, como pueden ser los reclamos por la tierra, por el agua –su abastecimiento y su calidad-, la calidad de los alimentos, las semillas, las fumigaciones con agrotóxicos, entre las más relevantes.

 

Para ayudarte a su identificación:

 

¿Conocés en tu barrio, tu localidad, en las cercanías de los espacios donde estudias/trabajás, algún conflicto vinculado con la Soberanía Alimentaria? ¿Conocés o Integrás algún colectivo que esté llevando adelante algún conflicto por la tierra en espacios rurales, por el agua –su abastecimiento o su calidad-, por las semillas, por alimentos saludables? ¿Existen en las escuelas públicos, colectivos de padres/madres que estén realizando alguna acción por la calidad de los alimentos en los comedores escolares?

 

Si la experiencia sobre la que vas a trabajar se encuadra en este Eje, estos son los aspectos que debieras incluir en tu descripción:

 

a) Nombre o denominación aproximada de la experiencia de conflicto
b) Localización geográfica (algún dato sobre la localidad)
c) Descripción de las características sociales, ambientales, económicas, comerciales, culturales, del territorio donde se da este conflicto.
d) Temática central del conflicto
e) Principales actores en conflicto
f) Principales cambios producidos a partir de esta situación de conflicto, y cómo dicha experiencia ha contribuido al empoderamiento de lo local
g) Aspectos positivos o negativoque influyen desde lo regional/internacional 
h) A partir de lo que llegaste a conocer de esta experiencia de conflicto, te pedimos un breve análisis utilizando alguno de los conceptos que vimos durante la cursada (características del sistema alimentario, principios de la Soberanía Alimentaria, Revolución Verde, etc.)
i) A que fuentes de información recurriste para hacer tu descripción. 

Una vez reunida la información y descripta la experiencia, mucho te agradeceremos que la envíes por correo electrónico a soberanialimentariasalud@gmail.com con copia a marcos.e.filardi@gmail.com
Es muy importante que esté la información de contacto de la experiencia o conflicto para que podamos contactarlxs. 

La lucha por la soberanía alimentaria en Argentina es colectiva o no es. 
Con este aporte estarás aportando un (primer) granito a la causa.
Gracias!






La escritura viene muy atrasada: breve síntesis de la ruta recorrida y por recorrer

Como se habrán dado cuenta, la escritura viene un poco atrasada, 
Una pequeña demora es deliberada: siguiendo el consejo del camarada Cardinale, es oportuno dejar que las ideas e impresiones decanten, se procesen, se filtren.
Tanta, no tanto. Obedece a que los viajes nos introducen en una dimensión temporal distinta y estoy, principalmente, abocado a recorrer, observar, conversar. Y, entre olas o detrás del volante, procuro amalgamar todo eso que voy viviendo.
Voy a detallarles los lugares por los que estuve hasta ahora:
Rojas, Los Toldos, 9 de Julio, Bonifacio, Guamini, Carhue (PBA), Santa Rosa, Anguil, Toay, Guatrache y Colonia Menonita (La Pampa), Daireaux, Saladillo, Ayacucho, Balcarce, Tandil, Benito Juárez, Quequen, Necochea, Tres Arroyos, Claromeco, Monte Hermoso, Bahía Blanca, Ingeniero White, Sierra de la Ventana (PBA), Río Colorado, Choele Choel, Lamarque, San Antonio Este y San Antonio Oeste y Viedma (Rio Negro), Carmen de Patagones (PBA), Puerto Madryn, Gaiman, Dolavon, Trelew, Camarones y Comodoro Rivadavia (Chubut) y Caleta Olivia, Puerto Deseado, Puerto de San Julián, Piedra Buena y Puerto Santa Cruz (Santa Cruz), desde donde les escribo. 
Tras pasar por Río Gallegos, pienso continuar a Río Grande y Ushuaia (Tierra del Fuego) para subir por la cordillera a través de la mítica ruta nacional 40.
De todos esos lugares hay cosas para contar e historias y experiencias para rescatar y visibilizar. 
Así que os ruego un poquito de paciencia: de a poco iré escribiendo y compartiendo. 
Para lxs que preguntan por Rocinante, salvo dos pinchaduras de llantas y una de cárter, viene gozando de buena salud el compañero. 


Rocinante luce, un tanto embarrada, la imagen del Viaje por la Soberanía Alimentaria (cuyo autor pidió que mantenga su nombre en reserva)


Rocinante junto a sus compañeros de viaje, El Quijote y Sancho, peleando contra los molinos de viento

jueves, 18 de febrero de 2016

¿Diálogos con el modelo sojero?

El pueblo de Laguna Alsina (también conocido como Bonifacio), ubicado en el partido de Guamini de la Provincia de Buenos Aires alberga, según el censo de 2010, a 2524 personas.
No sé si entre ellas se encuentra quien nació en estas tierras y luego emigró hacia Buenos Aires para convertirse, entre otras cosas, en mi compañero de facultad, amigo, conviviente durante cuatro años y hermano de la vida: Jorge Alberto Luengo, conocido por todos cariñosamente como "Pelu".
Quienes sí están dentro de esa estadística son su mamá Ana María y su abuela Elsa, conocidas, respectivamente, como Mamina y Mami.
Mamina y Mami me recibieron, una vez más, como a un hijo y nieto en su casa, en la cual trabajan, como soldaditas, desde que sale el sol hasta que se esconde (con la pausa obligada de la siesta, claro está). Pelu no estuvo esta vez conmigo pero me dejó una emotiva carta animando mi proyecto y el "Che Filardi de la Revolución Alimentaria" que me acompaña en el viaje desde entonces.  
El motivo de mi visita a Bonifacio esta vez, sin embargo, era distinto a las anteriores: quería conocer las producciones alimentarias de la zona. 
Y el hermano de Pelu, Carlitos, aceptó ser mi guía esos días, cosa que valoro mucho no sólo porque es una persona muy ocupada sino porque pensamos muy distinto en estos temas, los dos lo sabemos, y eso no nos impide intercambiar ideas, discutir y polemizar.
Dicho ello, Carlitos es un representante, tributario y beneficiario del modelo sojero que tanto vilipendio: es ingeniero agrónomo de la Universidad Nacional de La Pampa, dueño de una empresa de "todo para el agro" (la única que, según sus dichos, "si queres 20 litros de glifosato ya te los da"), miembro de la Regional de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID), tiene silos y un depósito de agrotóxicos dentro del ejido urbano, alquila campos en los que produce soja transgénica, es propietario de un mosquito fumigador y está desarrollando una planta de aceite de soja también dentro del ejido urbano.
Todas esas actividades le demandan mucho tiempo y trabajo. Además, con el desembarco de pooles de siembra y la concentración económica que se dio en los últimos años en Bonifacio perdió muchos clientes en la zona y debió salir a buscar mercados en otros lados, por lo que frecuentemente tiene que viajar con su camioneta a distintas localidades de la Provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y La Pampa (a tal punto que hoy el 80% de su trabajo es fuera de Bonifacio). Su teléfono celular no para de sonar y desde el teléfono o cuando está en el local responde consultas, asesora y prescribe dosis de fumigaciones.
Carlitos, podríamos decir, es un defensor del modelo de agronegocios sojero: como miembro de AAPRESID, está convencido que la siembra directa implicó una revolución productiva ya que permitió dejar atrás la "destrucción física del suelo que generaba el arado". Considera que el glifosato es menos tóxico que el paquete de agrotóxicos que se usaban antes. Pero que "muchos pensaron que era mágico" y que con solo aumentar la cantidad habrían de resolver el problema de las malezas. Ahora "muchos productores se dan cuenta que el problema de las malezas no se resuelve solo echando más de lo mismo" sino con nuevas combinaciones, por lo que el rol del asesor técnico, del ingeniero agrónomo, vuelve a ser no sólo importante, sino indispensable. Cuando cuestioné que el depósito de agrotóxicos estuviera dentro del ejido urbano (cosa que muchas ordenanzas municipales, pero no aquí, prohíben), me dijo que si lo obligaran a trasladar el depósito fuera del ejido urbano, directamente se desprendería del negocio de venta de agroquimicos (Carlitos no habla de "agrotóxicos" sino de "agroquimicos" conmigo y de "fitosanitarios" frente a terceros) porque no estaría garantizada la seguridad de la mercadería. Cuando cuestioné que los silos estuvieran dentro del ejido urbano (cosa que muchas ordenanzas municipales, pero no aquí, prohíben), me replicó que el tema no se resuelve con el establecimiento normativo de distancias mínimas sino con el cuidado a la hora de manipular los granos: si el viento sopla en dirección al pueblo directamente se espera a que el viento cambie. 
En el local de Carlitos no se ven carteles de las grandes empresas multinacionales proveedoras del paquete tecnológico. Su principal proveedora es la firma Nitrap (inoculantes, curasemillas, fungicidas, coadyuvantes, humectantes e insecticidas), la cual le provee no sólo los insumos que aconseja comprar, sino también la remera que usa con el logo de la marca y un "apoyo al deporte" a través del esponsoreo del automóvil de la fórmula Renault en la que corre. Las empresas proveedoras de insumos agropecuarios, tanto nacionales como multinacionales, se manejan, en este sentido, de manera muy parecida a los laboratorios farmacéuticos o empresas alimentarias: retribuyen el volumen de facturación de los asesores técnicos con viajes o dinero (un productor de Urdampilleta, un pueblo cercano, me contó cómo Bayer invitó a sus mejores clientes, ingenieros agrónomos todos, al mundial de fútbol de Alemania, en agradecimiento a sus servicios).
Actualmente trabaja con distintas variedades de soja del Semillero Santa Rosa con las cuales se logran rindes de hasta 5000 kg. Cuando le pregunté sobre la soja RR 2 Intacta Pro de Monsanto, me dijo que, a pesar de que es espectacular la semilla ("parecen de plástico, dijo"), los productores la rechazan porque "no quieren ser socios de Monsanto". 
A pesar de ser un nodo dentro de la compleja trama de los agronegocios, Carlitos admite que algunas críticas al modelo son fundadas. Admite que el sistema de arrendamientos contribuye a la erosión de los suelos: "si vos plantas soja, y luego soja, y luego soja, no hay suelo que aguante". De hecho, me llevó a ver un campo que está tratando de recuperar que, tras varias campañas de soja, lucía un suelo desnudo y arenoso. Y, para comparar, otro con el rastrojo de la siembra directa y un cultivo de cobertura donde el nivel de agregado del suelo era mucho mayor. Todos "saben que hay que rotar y recién ahora empiezan a verse cláusulas de rotación en los contratos". Admite también que los fertilizantes químicos no son la solución, y vende fertilizantes orgánicos. Pero, agrega, "cuando le digo al productor que el químico sale u$s13 y el orgánico u$s 18, en general se llevan el químico". 
Admite también que cuando los ingenieros agrónomos "mucho abarcan, poco aprietan" y, en vez de hacer lo que tienen que hacer - "monitorear" el campo para ver malezas, insectos u hongos- terminan "prescribiendo por teléfono" o recurriendo a un sistema de "fumigaciones programadas". Respecto de las consecuencias en la salud y en el ambiente de las fumigaciones que apunté, dijo que todo se reduce a las consabidas "buenas prácticas agrícolas" (BPA), esto es, que la culpa no es del sistema ni de los grandes de la química, sino del último eslabón de la cadena, el pobre aplicador. Y agregó que detrás de muchas de las críticas hay una envidia histórica pero encubierta a los dueños de los campos ya que la "gente que se queja de las fumigaciones es la misma que luego sale a pedirlas a gritos cuando hay mosquitos y nadie dice que los productos que se usan son igual o más tóxicos" (este era el principal tema de conversación esos días en Bonifacio, y esto que era previo a la supuesta "pandemia" de dengue, zika y chicunguya).
Con relación a lo que Carlitos llama "demonizacion de la soja", dice que "la culpa no la tiene el cultivo". Plantea la necesidad de un diálogo entre los productores y los que llama "ambientalistas" porque "el modelo no va a desaparecer" por lo que habrá que ver de qué manera se mejorará el modelo o se gestionará la coexistencia.
Admite, finalmente, que "si el desafío de la generación anterior era evitar la destrucción física de los suelos", el de la nuestra es "evitar la destrucción química".  
En las horas que compartimos, por momentos me dio la sensación que Carlitos, sabiendo lo que pienso, se esforzaba por ser políticamente correcto conmigo, no cediendo un ápice en sus posiciones pero acercándose todo lo posible. Una pequeña anécdota ilustra el punto. En un momento de la conversación le pregunté si los mosquitos circulaban dentro de la ciudad y me dijo que no. A la nochecita se encontró con su aplicador que estaba junto al mosquito a la vera de la ruta. Me alejé para orinar y pude escuchar que Carlitos le decía la ruta que debía tomar para ir al campo a fumigar, circunvalando el pueblo por fuera. La respuesta fresca, espontánea, del aplicador fue: ¿por qué Carlitos si siempre vamos por acá? (señalando la calle que cruza el pueblo). 
Todo diálogo sirve para acercar posiciones. No sé si nos hemos acercado mucho. A mí me sirvió conocer la perspectiva de un ingeniero agrónomo, productor y vendedor de insumos como Carlitos (que es, en líneas generales, compartida por la mayoría de los que están en su posición). Y a él, espero, para, quizás, tal vez, repasar o repensar algunas de sus prácticas o intervenciones. 


Soja de suelo desnudo y arenoso tras varias campañas sucesivas de soja. "La soja se lleva todo"


Soja de suelo con cultivo de cobertura y siembra directa.


Con Mami y Mamina, las "soldaditas" (y rellenito por todo lo que me dieron de comer)


El "Che Filardi de la Revolución Alimentaria", regalo de mi hermano Pelu.


Enlazando mundos en 9 de Julio

Miryam Gorban, la Coordinadora General de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la Escuela de Nutrición de la UBA, me sugirió que pase por la Ciudad de 9 de Julio para conocer a Adriana Contarini. Y, como tantas otras veces, no se equivocó.
Adriana es licenciada en tecnología de alimentos y especialista en evaluación sensorial de alimentos. Hasta que se jubiló, estuvo a cargo del Departamento de Evaluación Sensorial de Alimentos (D.E.S.A) del Instituto Superior Experimental de Tecnología Alimentaria (ISETA) de la Ciudad de 9 de Julio, además de dar clases en la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (UNNOBA).
Mientras compartíamos una deliciosa ensalada de la huerta que Adriana y su compañero Guillermo tienen en el fondo de su casa (y que riegan con el agua de lluvia que colectan y almacenan en una cisterna), Adriana habló de los "alimentos buenos para vender" en vez de "buenos para comer" con creciente indignación: por momentos el tono suave de su juicio cientifico es reemplazado por una encantadora rabiata italiana.
Adriana conoce como pocxs los secretos de la industria alimentaria y está embarcada en una cruzada por una alimentación saludable en la Ciudad. Comparte sus saberes de manera gratuita a través de unos talleres de alimentación saludable que organiza en el marco de la feria de la Ciudad. 
Uno de los objetivos de este Viaje por la Soberanía Alimentaria es identificar personas interesadas en promover la creación de Cátedras Libres de Soberanía Alimentaria (CALISAS) en las universidades en las que enseñan o estudian. 
Actualmente hay 12 CALISAS en todo el país, las cuales trabajamos en red a través de la llamada RED CALISAS.
Desde la RED CALISAS anhelamos que las CALISAS se multipliquen a lo largo y ancho del país y enriquezcan la Red y soñamos con que en unos años más en cada una de las 46 universidades públicas nacionales funcione una CALISA.
En la vereda de su casa, Adriana tiene una hermosa rayuela llamada "Enlazando Mundos" en la que cada casillero es un planeta del sistema Solar.
Al despedirme, no pude evitar pensar que la creación de una CALISA es, muchas veces, como la rayuela: se debe lanzar la piedra con precisión, saltar por momentos en pata coja y a veces en dos patas, avanzar, retroceder y agacharse para agarrar la piedra.  Exige equilibrio y coordinación.
De la mano de Adriana, la primera piedra para la creación de la CALISA en la UNNOBA está echada.