martes, 26 de abril de 2016

El viaje por la Soberanía Alimentaria cumple su cuarto mes

El 4 de mayo se cumplirán cuatro meses, un tercio, de este Viaje por la Soberanía Alimentaria. 
Tiempo suficiente para echar la vista atrás y compartir con ustedes lo que he hecho, hasta ahora, en este recorrido. 
En Rojas, mi primer destino, conocí (y fosfité) el proyecto de producción de fertilizantes naturales que María Inés Diorie y Jeronimo Meincke están desarrollando en la zona núcleo del corazón sojero siguiendo las enseñanzas de Jairo Restrepo; me reuní con Juan Ignacio Pereyra y Guillermo Fischnaller, integrantes del Foro Ambiental Rojas; visité el basural a cielo abierto, un feedlot, un campo de soja lindante a las casas, el galpón de un fumigador vecino de una empresa de fumigaciones aéreas, los transformadores que solían tener PCBs y el lugar donde habrían sido enterrados los que los contenían; conversé sobre el inicio del viaje en la radio local e indagué sobre el impacto del funcionamiento de la planta clasificadora de semillas de maíz "María Eugenia" de Monsanto. 
En Los Toldos, conocí el trabajo que viene desarrollando el Foro Ambiental de General Viamonte de la mano de Margot Goycochea y todo un maravilloso colectivo de ciudadanxs autoconvocadxs que lucha a diario por un ambiente sano en el partido; visité las zonas afectadas por las fumigaciones y feedlots, los basurales y la experiencia agroecológica que el huertero–policía Fernán está llevando a cabo; compartí un riquísimo intercambio de saberes con los integrantes del Foro; visité junto a Federico Blonda y Florencia Herce el polo energético "La Olla" y el proyecto de salud mapuche que Verónica Aspiroz Cleñán está gestando en lo que otrora era una capilla católica y que, tras años de lucha, fue recuperado por y para sus legítimos propietarios, lxs mapuches. 
En 9 de julio conocí a Adriana Contarini y su compañero, Guillermo, la hermosa huerta, cisterna y rayuela que tienen en su casa y conversamos sobre la posibilidad de promover la apertura de una Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria (CALISA) en la Universidad del Norte de la Provincia de Buenos Aires. 
En Bonifacio visité la empresa Agrototal de Carlos Luengo y dos campos de soja, un feedlot, un criadero de cerdos, una fábrica de aceite de girasol, una fábrica de aceite de soja y de agrocombustibles, una quesería, el tambo y la huerta de Miguel Pinto y la huerta, nogales y gallinero de Eduardo y Raquel Erbin; participé del programa de radio de Nicolás Budareto y conversé con el Dr. Huayhua y con dos docentes sobre el mapeo del cáncer que realizaron en el pueblo. Por último, estuve conversando con el apicultor Raúl Escribano sobre las consecuencias que está generando el uso de los agrotoxicos en la vida de esos maravillosos polinizadores, esenciales para la vida, llamadas abejas.
En Santa Rosa, gracias a Federico Moreno y su compañera Maitén Figueroa Sotelo visité la huerta estudiantil agroecológica de la Universidad Nacional de La Pampa y la huerta de la familia de Maitén; relaté la experiencia del viaje en la Radio La Tosca; conocí la experiencia de la Agrupación Tierra y Producción (ATP) de la Universidad; compartí un diálogo de saberes en el marco de la Feria por una Alimentación Sana del Parque Oliver, en la que además pude conversar con las autoridades del Colegio de Nutricionistas de La Pampa, integrantes de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre y del Observatorio de Conflictos Socioambientales de la Universidad; me reuní con María del Carmen Labey, profesora titular de Geografía Económica que viene acompañando desde la universidad la experiencia de la feria municipal y está interesada en promover la apertura de una CALISA y participé de una minga comunitaria de construcción natural en la escuela Teresa Rodríguez. 
En Anguil visité la estación experimental del INTA en la que Daniel Osvaldo Bedotti me introdujo en el mundo de los puesteros caprinos del oeste de la provincia y Carolina Angeleri en las vicisitudes del programa Pro Huerta en la zona, la fantástica chacra agroecológica Kla Peñi de Gabriel Lara y Valeria Urbano y el proyecto de polo agroecológico que están desarrollando Carlos Anzorena y Carolina Angeleri.
En Toay me reuní con Astrid Victoria Francescutti e Iñaki Esponda, militantes de la agrupación La Evo, quienes me llevaron a recorrer las huertas agroecologicas y el criadero de gallinas ponedoras que están desarrollando; compartí un asado a la luz de las estrellas con lxs compañerxs de Chacra Raíz, quienes recuperaron un predio que estaba abandonado para construir de manera natural sus viviendas, desarrollar huertas y, al mismo tiempo, defender los médanos y caldenes del avance inmobiliario.
En la Colonia Menonita, junto a Federico Moreno y Maitén Figueroa Sotelo visitamos toda la Colonia (varias veces), el mercado, compartimos un almuerzo con una familia y conocimos las experiencias de la quesería comunitaria y del choricero de la colonia. 
En Daireaux fui aprendiz de carnicero por unos días de Alfredo Digniani, quien me introdujo en los secretos de la industria de la carne; además, recorrí la ciudad para conocer el frigorífico, la planta aceitera y de agrocombustibles y el curso de agua en el que Fumigaciones Rodríguez, según me dijeron, lavaría los aviones fumigadores.
En Saladillo, conocí la chacra de Gabriel Arisnabarreta, las dificultades que él y su compañera enfrentaron para sostener un proyecto de producción de hortalizas agroecológicas y el emprendimiento de elaboración de quesos que están realizando; pude participar de una asamblea de la organización Ecos de Saladillo, la cual ha tenido importantes éxitos en su lucha contra los feedlots y las fumigaciones en el partido, han desarrollado la Cátedra de Ambiente y Salud y actualmente organizan, entre otras cosas, una feria agroecológica en la que luce un árbol plantado en homenaje a Andrés Carrasco; recorrí la chacra de Carlos Rocca y aprendí sobre los múltiples (y diversos) proyectos de producción de alimentos que está desarrollando. 
En Ayacucho quise conocer el "Programa de Seguridad y Soberanía Alimentaria" que aparecía en la página web del municipio y que, por la descripción, sería el único en su tipo del país. Lamentablemente, al momento de mi visita, el programa había sido discontinuado por el intendente. Sin embargo, pude conocer a tres de sus integrantes, Agustín Manazza, Leandro Sauco y Yanina Souza, quienes estaban en tratativas para armar una cooperativa de bioconstrucción natural; en el municipio me contaron del proyecto municipal de cocina comunitaria en curso y visité la huerta municipal que, tras varios años, volvió a ser trabajada por Antonio Grenci y se espera que pueda abastecer al hospital y al asilo de ancianos. En La Constancia pude conocer a quien fuera el coordinador del programa, Juan Giuseppucci y su compañera, Sophie Chaxel, quienes me contaron las iniciativas que desarrollaron hasta que una decisión política interrumpió sus sueños (que ahora mantienen en pie, desde otro lugar, fuera de la gestión pública). 
En Balcarce me reuní con el Concejal Juan Pablo Vismara, quien me llevó a recorrer la Ciudad, la panadería Juan Bodega, los campos de papa que abastecen a Mc Cain y me contó sobre la lucha que están librando en la Ciudad para avanzar en un ambicioso plan de reordenamiento territorial que permitiría regular de manera efectiva las fumigaciones con agrotoxicos y las actividades de canteras y feedlots pero que, con el cambio de gobierno, corre peligro de ser abandonado por la presión de la poderosa Sociedad Rural de Balcarce. 
En Tandil me reuní con Verónica García Christensen, abogada especializada en derecho ambiental, junto a quien visitamos distintas experiencias de la zona, entre ellas: la feria de economía social (con corazón independiente); las iniciativas de promoción de la economia social desarrolladas por Marcos Pearson y Mariano Larrondo desde el departamento de extensión del rectorado de la Universidad; la sala comunitaria de elaboración de alimentos y la experiencia de elaboración de dulces y conservas de Savia Serrana y la chacra en la que Nancy y Rafael producen hortalizas agroecologicas y dulces y conservas que comercializan en la feria. Muy a nuestro pesar, no pudimos conocer la magnífica experiencia de producción de harina de trigo agroecológica que Damián Colucci está encarando en su Chacra Monte Callado. 
En la Estación López del departamento de Benito Juárez fuimos a visitar el campo "La Aurora", en el que Juan Kiehr, con el asesoramiento del ingeniero agrónomo Eduardo Cerdá, están demostrando que es posible producir de manera agroecológica a escala (el campo tiene 650 hectáreas) a través de un sistema mixto biodinámico y obtener mayores rindes (y nulos "pasivos ambientales") que con el paquete tecnológico de la mal llamada revolución verde. 
En Tres Arroyos fuimos a conocer la experiencia del mercado "Madre Tierra" donde los productores de la zona ofrecen sus productos de manera directa a los consumidores y cuentan con una sala comunitaria de elaboración de conservas y visitamos una de las chacras aledañas a la Ciudad donde se producen parte de las hortalizas que allí se comercializan. 
En Quequén tuvimos acceso al puerto privado de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), en el cual se embarcan parte de los granos destinados a la exportación. 
En Necochea fuimos a conocer la experiencia de "Necochea Ciudad Frutal", a través de la cual un grupo de vecinos pretende que Necochea deje de ser conocida como "Ciudad del Viento" para pasar a ser conocida como Ciudad Frutal y, en ese sentido, promueven de manera voluntaria la plantación de árboles frutales en casas, veredas y espacios comunitarios. En la Hospihuerta nos encontramos trabajando a Juan Garcia, uno de los integrantes del proyecto. 
En Monte Hermoso pude encontrarme con Alamin Miah, joven bangladeshi que estuvo bajo mi tutela para comprobar, una vez más, los cambios y continuidades en la alimentación que experimentan las personas migrantes en su trayecto migratorio. 
En Bahía Blanca fui a visitar la Feria del Lago y la granja agroecológica Los Tamariscos, ambos proyectos liderados por Cáritas  y la fantástica experiencia de la huerta agroecológica de Sandra Vela en su Chacra "Shalom"; me reuní con Brian Vogel quien, junto a Matias Álamo y otrxs colegas de la Universidad Nacional del Sur, conformaron un Espacio de Trabajo por la Soberanía Alimentaria (ETSA) y con una estudiante de Abogacia interesada en sumarse a la Red de Abogados por la Soberanía Alimentaria. 
En Rio Colorado me reuní con Pedro Cajaravilla, ingeniero agrónomo de la Secretaría de Agricultura Familiar, quien me ofreció un pantallazo muy enriquecedor sobre la situación de la agricultura familiar de la zona; conocí a Gabriel Navarro, Presidente de la Asociación de Productores Frutihorticolas de Rio Colorado, junto a quien fui a visitar dos chacras de hortalizas, a un productor de peras, la cooperativa juguera, la sala de faena móvil y la escuela agrotécnica; participé de la Feria Nehuen que tiene lugar todos los sábados por la tarde, es organizada por la asociación que lidera Gabriel y cuenta con el programa de radio "Sembrando esperanza", conducido por Luis Antonio Jara. 
En Choele Choel me interioricé sobre los problemas que enfrentan los productores fruticolas del Valle Medio debido al creciente acaparamiento de tierras y a la concentración económica de la cadena fruticola por la cual un puñado de empresas controlan la producción, el procesamiento, el enfriado, el transporte y la comercialización externa e interna de frutas. Además, conocí de la lucha para que se haga justicia por el asesinato de Daniel Solano, un trabajador golondrina que denunció las condiciones de explotación laboral a que son sometidxs lxs trabajadorxs de la empresa más importante del sector (Expofrut), tras lo cual fue asesinado por la policia rionegrina, desvelando una compleja trama de complicidades políticas y judiciales; conocí también el programa de turismo rural comunitario en virtud del cual uno puede ir a visitar a los productores de la zona y la fantástica feria de productores y artesanos que tiene lugar con fuerte apoyo del municipio. 
En Lamarque fui a conocer la feria municipal de productores en la cual María Huincas me dio detalles de distintos apoyos que brinda el municipio para los productores familiares de la localidad. 
En Viedma y Carmen de Patagones, ciudades hermanas de la comarca, Manuela Lucio Perotti me ofreció un lúcido análisis de la situación de las luchas socioambientales de la provincia y me contó de la experiencia de producción agroecológica en la Isla Negra, por lo cual fue ungida como "agente local" de la lucha por la soberanía alimentaria.
En San Antonio Este estuve reunido en la costa con los pescadores artesanales, en particular con Juan Domingo Navarrete, quien hasta altas horas de la noche me contó sobre su vida en el mar, las dificultades que enfrenta el sector frente al avance y depredación de la pesca industrial y sobre su hija rebelde, Débora Andrea quien, contrariando los deseos de su padre, en este mundo de sal y hombres rudos, decidió dedicarse a la pesca en un barco en el que sólo hay mujeres. Además, supe del programa de apoyo del municipio de San Antonio, a través del cual se facilita que los pescadores artesanales puedan trasladar en un camión refrigerado del municipio los frutos de mar a distintas localidades; visité el puerto de San Antonio, desde el cual se exportan las frutas y verduras que se producen en el Valle Alto y Medio, controlado por las empresas líderes del sector. 
En Las Grutas me dirigí inmediatamente a la bajada 7, en la que se encuentra el barrio de los pulperos que salen todos los días a pescar pulpos con ganchos en la bajamar y que han formado una asociación para defender sus intereses. 
En Puerto Madryn conocí a Fernanda Tundís y Gloria Fontán, quienes organizan desde el municipio la feria "Con Sabor a Madryn", la cual nuclea a los productores de la zona y les permite un contacto directo con los comensales en una locación frente al mar de postal; visité al chef Gustavo Rappretti, quien organiza el festival "Madryn al plato" y es el dueño del restaurante "A mis fuegos", espacios desde los cuales se propone incluir en la propuesta gastronómica productos de la zona producidos por agricultores familiares de manera agroecológica, para revalorizar el patrimonio gastronómico local, apoyar a la agricultura familiar y generar un mercado para la producción agroecológica; junto a Gustavo fuimos a visitar la granja orgánica "El Amanecer" en la cual Palmira Morales y su compañero producen hortalizas frescas, huevos, conejos y cerdos; Fernando Delatorre me contó de su experiencia para rescatar y comercializar el wakame de la zona (alga) a través de su emprendimiento llamado Jono; asistí a un Ciclo de Cine, Debate y Acción en el que se proyectó la película Food Inc, se dio un rico intercambio y propuestas de acción concretas; compartí mis reflexiones sobre el viaje en el programa de radio de la Fundación Ceferino Namuncurá; participé de una reunión de la Asamblea Ciudadana de Puerto Madryn que viene militando por la prohibición de la megamineria en la provincia de Chubut; me interioricé sobre la feria local de semillas; almorcé con Pedro Oroquieta, pescador artesanal, vicepresidente de la Unión Argentina de Pescadores Artesanales (UAPA), entidad afiliada a la Vía Campesina y cené con Gabriela Dagorgue, Juan Miguel Gortari y dos colegas de la Universidad San Juan Bosco, donde discutimos sobre la posibilidad de viabilizar una CALISA, entre otras cosas. 
En Trelew tuve el placer de ser adoptado por unos días por Laura Maruschak y Rodolfo Agostinho, quienes desde su hermosa chacra Las Robinias hace veinte años que organizan cursos de Agroecología práctica para "aprender haciendo"; el hijo de Laura, conocido como "El Negro", comenzó con un proyecto de producción y comercialización de hortalizas agroecologicas y, como chef, tuvo un magnífico programa de TV "De la huerta hasta la mesa" hasta su triste e inesperado fallecimiento. Junto a Rodolfo fuimos a visitar Gaiman, donde nos encontramos con quien fuera por muchos años el director de la escuela agrotécnica, Ricardo González. 
En Camarones fui a visitar el museo de la infancia de Juan Perón, donde aprendí algunos datos que desconocía sobre el componente agroalimentario de los planes quinquenales y la políticas de fijación de precios, entre otras yerbas. 
En Comodoro Rivadavia conocí el impacto económico, social y ambiental de la actividad petrolera; visité el Museo del Petróleo en el que, desde el llamado "Espacio de la Energía", YPF, con el apoyo de Pan American Energy, destacan las virtudes, importancia y supuesta inocuidad de la fractura hidráulica  (fracking) y en un simulador ofrecen a los niños un "fantástico viaje al mundo de los hidrocarburos no convencionales". Tuve el placer de conocer e intercambiar ideas con la abogada Silvia Dos Santos, quien patrocinó las acciones de amparo que lograron frenar la utilización del fracking en dos comunidades en Chubut. 
En Jaramillo me estacioné con Rocinante Soberano junto al monumento de Facón Grande, líder de las huelgas patagonicas de 1921, y le reproduje, en homenaje, la canción "Así no se mata un criollo" (esas fueron sus últimas palabras antes de ser fusilado por el ejército del coronel Varela, a las órdenes de don Hipólito Yrigoyen), hermosa pieza de los "tangos anarquistas".
En Puerto Deseado me invitaron a compartir un capón en ocasión de una fiesta de cumpleaños, en la cual pude aprender sobre la pesca industrial y descubrir cómo, a casi un siglo, las huelgas patagonicas están presentes en la imaginación colectiva de la zona. Disfruté de descubrir que la calle Julio Argentino Roca fue reemplazada por decisión del pueblo por Osvaldo Bayer y que en una esquina el querido historiador y militante, ejemplo de coherencia, se encuentra con don Facón Grande. 
En el puerto de San Julián, mi llegada a la Ciudad comenzó con un rico intercambio de ideas con una descendiente de escoceses que, enterada del motivo de mi visita, cuestionó la versión de la historia presentada por Osvaldo Bayer. Aproveché para visitar la casa donde funcionó la "Casa de Tolerancia La Catalana", donde un grupo de cinco trabajadoras sexuales se negaron a tener relaciones con los militares que participaron de los fusilamientos de peones y obreros, dando muestra de una hidalguía y dignidad inigualables (y por la cual fueron detenidas en la comisaría). Corté una flor de la casa y se la llevé al cementerio a Maud Foster, una de las cinco heroínas, en sentido y justo homenaje.
En Puerto Santa Cruz visité el llamado Cañadón Misionero, zona de chacras donde se produce papa, lechuga y remolacha. 
En Comandante Luis Piedrabuena visité la Chacra La Rueda, en la cual Juan Marcú y Pedro producen hortalizas agroecológicas y las ofrecen a la venta en la veterinaria que Juan tiene en el centro de la Ciudad. 
En Río Gallegos, junto a Clara Borosky, visitamos la exposición de ovinos de la Sociedad Rural y a la productora agroecológica de verduras, frutas y conservas de origen australiano Michelle Le Maire. Además, me reuní con Sandra Ortiz, quien había participado del Seminario Virtual de Soberanía Alimentaria y me ofreció un panorama esclarecedor sobre la realidad de la economía social de la provincia. 
En Río Grande Johanna Ibarra me contó detalles sobre el trabajo en las fábricas ensambladoras; junto a Ethel Puyol visitamos el invernadero del CAAD en el que conocimos al promotor del Pro Huerta César Belbey; me reuní con la licenciada en nutrición Paula Márquez , quien me contó sobre los problemas nutricionales que se dan en la Ciudad; visité la oficina del INTA en la que Susana Aressi me dio detalles sobre el gran trabajo que está desarrollando en la zona como técnica del Pro Huerta y en la que pude conversar sobre la realidad camión–dependiente de la provincia con el director del INTA, Enrique Libray; visité la feria de productores agroecológicos que comenzó teniendo periodicidad semestral y que ahora, gracias al acompañamiento del Pro Huerta y del Cambio Rural dirigido por Juan Manuel Allende, tiene frecuencia semanal y cuenta con la oferta de productos, también, de la Misión Salesiana; visitamos la Chacra agroecológica 7 Estrellas de Eleuteria y Hermógenes Ramos; por último, visitamos a Violeta Oyarson, quien elabora conservas a base de productos locales como el ruibarbo, cordero, pan de indio y salicornias. Para finalizar, asistí a la Fiesta del Ovejero, en la cual se ofrecen corderos al asador y productos de la zona. 
En Tolhuin visité a unos productores de frutillas al paso. 
En Ushuaia, Eleonora Di Maio y su compañero, Andrés Fernández, me ofrecieron un panorama sobre la situación de la pesca en la provincia; la licenciada en nutrición Romina Cortés me contó sobre la experiencia de kioscos saludables que está procurando desarrollar desde la secretaría provincial de educación; el abogado Juan Pablo Correa me ofreció detalles sobre sus talleres de soberanía alimentaria; mantuve una reunión con el subsecretario de producción Lucas Gallo sobre la situación de la pesca artesanal y las dificultades en el abastecimiento local de alimentos. 
En Puerto Almanza entré en contacto con los pescadores artesanales, visité un criadero de truchas y conocí al pesador artesanal y huertero del fin del mundo, Miguel Oñate. 
En El Chaltén, junto a Clara Borosky, visitamos la huerta experimental agroecológica que desarrolla Guillermina López Echavarry, integrante de la cooperativa El Brote. 
En Gobernador Gregores visité la huerta agroecológica y el proyecto de lombricultura de Avelina Askenazi y Alberto Vera junto al entusiasta promotor del Pro Huerta cordobés Favio Reano; la finca de Kachesuky y el proyecto de elaboración de dulces artesanales de su compañera; la huerta del hogar de ancianos municipal y la escuela agrotécnica en la que estuve en contacto con los encargados de las secciones de frutales y huerta, Daniela Suque y Roberto Pesoa.
En Los Antiguos conocí las chacras de cerezas y frambuesas, me reuní con el integrante de la Asamblea Ambiental Jorge Faggiano y con el director de la oficina del INTA. 
En Esquel me reuní con el abogado Gustavo Macayo, quien fue uno de los letrados patrocinantes de la acción de amparo contra la pretensión de la minera de instalarse en la zona; tuve el honor de compartir la experiencia del viaje en Radio Nacional Esquel; participé de las marchas en conmemoración del 13 Aniversario del histórico referéndum que le dijo "no es no" a la mina y de la memoria, la verdad y la justicia por los cuarenta años del inicio de la última dictadura cívico militar; tuve el placer de conocer personalmente a Ana Valtriani, coordinadora de la CALISA de la Universidad San Juan Bosco sede Esquel, de visitar "su lugar en el mundo" en Trevelin y de acompañarla a la feria de productores en ésta última ciudad. 
En Lago Puelo me reuní con quien fuera el Director del hospital de Esquel y tuviera una participación muy activa en la movilización contra la mina, Rodolfo Lombardelli (quien tras su jubilación se convirtió en un fantástico luthier) y con Ariadna Tepper, quien está exhibiendo documentales que produce para generar conciencia sobre el impacto de los agrotóxicos en la salud y el ambiente. 
En El Bolsón, Daniel Otal me ofreció una fantástica descripción de la historia de la Ciudad y de las experiencias de soberanía alimentaria; visité la feria de productores agroecológicos y conversé con Fernando Nahuel Pan, Cristina Gallardo y otrxs feriantes; junto a mi amiga Patricia Gallardo visitamos la finca agroecológica HUMUS y un criadero de truchas; me reuní con el productor de miel biodinámica Enrique Pareja y visité el molino del proyecto Trigo Limpio e intercambié ideas con sus referentes. 
En San Carlos de Bariloche me reuní con Alejandro Giannello y Octavio Montiglio, integrantes de la agrupación ecologista Piuké y participé del programa radial que desarrollan; visité el mercado popular El Charcao y el mercado municipal; indagué sobre el primer y único plebiscito desarrollado en la Ciudad para decidir sobre la instalación de un supermercado Chango Más (Walmart); junto a Mariana Russi conocí las experiencias de huertas y construcción sustentable del barrio Jamaica; junto a Romina Leske África tuvimos el placer de conocer a Sara Itkin, incansable defensora del uso de las plantas comestibles y medicinales de La Patagonia y la huerta agroecológica de Tobías en el barrio Los Cohihues; visité la planta recicladora de residuos de la Asociación de Recicladores de Bariloche (ARB) y el proyecto de huerta experimental que desarrolla la empresa de agua mineral de manantial Aluncó; me reuní con Ernesto y Mariana Muhler del restaurante Cassis, quienes desde su lugar promueven el consumo de alimentos locales producidos en armonía con la naturaleza. Finalmente, tuve el honor de conocer personalmente al gran Eduardo Rapoport y a su compañera Bárbara Drausal, con quienes compartí ideas sobre el universo de lo comestible. Mientras me encontraba en San Carlos de Bariloche, tuve el honor de ser llamado por el gran Lalo Mir para contar la experiencia del viaje en su Programa "Lalo por Hecho" de FM 100.
En Dina Huapi visité el Mercado de la Estepa, una interesante experiencia de comercialización de los productos artesanales de la línea sur liderada por el recientemente fallecido Robert "Bob" Kilmeate. Además, tuve el placer de conocer personalmente y visitar el taller de Simón Van der Heede, quien desarrolla maquinarias para atender a las necesidades de la agricultura familiar, como molinos de trigo y prensas de fruta, entre otras innovaciones. 
En Villa La Angostura visité la experiencia de Ecohuertas organizada por el municipio y me reuní con su mentora, Estela López. Visité también la planta recicladora de Residuos, modelo en la región.
En San Martín de los Andes visité la Asociación Pro Patagonia, en la cual Mariana Álvarez me contó sobre una experiencia de recuperación del piñón y de la gallina araucana en la comunidad mapuche de Ruca Choroy; visité el maravilloso barrio intercultural y mi futuro "lugar en el mundo" en el barrio Kaleuche. 
En Aluminé me reuní con Gabriel Beber, fundador de Pro Pataonia, quien me llevó a conocer la comunidad de Ruca Choroy y a una reunión de los productores de la zona, en la que pude conocer a Sandro Currumil, integrante de la asociación Apícola de Aluminé ; también nos reunimos con Petrona, una de las integrantes del proyecto de desarrollo de funtu (alfajor de harina de piñón), Kmeque Ihael (en mapudungun "alimentación saludable").
Junto a la compañera de Gabriel, Iara Prá, asistimos en Plottier al Primer Encuentro Nacional de Alimentación Consciente y Segundo Encuentro Patagónico, organizado por el Dr. Luis María Delupi y un maravilloso grupo de personas. Allí me encontré con Soledad Barruti, Pablo Armenti, Pochi Mantegazza de la Red Jarilla  y muchas otras personas que, a diario y en distintos puntos del país, generan conciencia y dan batalla por el derecho humano a la alimentación sana. Al mismo tiempo visitamos la feria de productores de Plottier, nacida con la crisis del 2001 y el club del trueque. 
En Neuquén fui a visitar a Jorge Muñoz, su compañera Lily y su hijo Miguel, quienes desarrollan un gran trabajo en defensa de la comunidad migrante del Alto Valle desde la Pastoral de Migraciones y la Clínica de Migración y Derechos Humanos; me reuní con Pablo Muñoz, quien coordina la Red de Consumo Tincuy; participé del documental sobre alimentación consciente que están desarrollando Nicolás Bustamante y Paula di Capua; me reuní con Francisco Armas, Pia Borguielo y Luis Ferrari, quienes me contaron sobre distintas situaciones que se dan en un barrio en el que están trabajando; asistí a un juicio de lesa humanidad y me encontré con mi compañero de doctorado, el brillante abogado Juan Cruz Goñi, lxs integrantes de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Neuquén (APDH) y la imprescindible Noemí Labrune; fui a visitar la Ruka de la Confederación General Mapuche y me reuní con el secretario general, Jorge Nahuel. Finalmente, tuve el placer de reunirme e intercambiar ideas y estrategias con lxs colegas de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la Universidad Nacional del Comahue. Visité el mercado concentrador de Neuquén en el que no hay un sólo productor agroecológico y pasé por la fábrica Zanon recuperada por los trabajadores.  
En Añelo fui a visitar a las comunidades mapuches Mari Menuco, Paynemil y Kaxipayiñ, afectadas por el fracking y la explotación de gas en Loma La Lata. Además, visité las dos chacras de producción hortícola convencional y la feria de productores, financiadas por la fundación YPF y ProPyme.
En Allen fui a ver el impacto del fracking en la producción de frutales. Me reuní con María Cristina Pérez y su compañero, quienes han sufrido en carne propia los efectos del venteo de los gases en la zona. También descubrí a Martín Carbonell, peluquero que rompió con la química y, junto a su compañera Tatiana Kolos y sus hijxs Melisa y Axel, procuran vivir con lo indispensable y en armonía con la naturaleza. Además, visité a los ladrilleros y el basurero municipal en el que se vierten residuos de hidrocarburos. Conocí la iglesia católica pintada con el dinero de la empresa petrolera Mirasal y la ambulancia donada por la misma empresa "De Allen para Allen".
En Centenario fui a visitar la huerta agroecológica Flor Dorada, una hermosa finca agroecológica de Cecilia y Carlos en la que se producen hortalizas de estación, manzanas y peras y que es una de las pocas experiencias agroecologicas en todo el Alto Valle. Lamentablemente, está al lado de un importante emprendimiento avícola donde gallinas ponedoras están enjauladas y hacinadas, y están tratando de buscar una alternativa a ese emprendimiento. Mientras me encontraba allí, me llamaron del programa de radio Sonido Urbano de la Metro Neuquén. También fui a la Hospihuerta que el programa provincial Proda está desarrollando.
En Fiske Menuco, de la mano de Rossana Flores y su hija Amanda, fui a visitar el mercado hortícola y un emprendimiento de producción de hongos y me encontré "de casualidad" con Jorge Curzel, a quien conocía de "A cultivar que se Acaba el Mundo" en Buenos Aires, junto a quien fuimos al programa de radio de la Universidad del Comahue. Asistí a la firma del convenio entre el decano de la Facultad de Derecho y la Pastoral Migratoria con el emotivo testimonio de las personas migrantes que viven en el Alto Valle y la cuerda de candombe de fondo. 
En Cipolleti me reuní con Manuel Vera, gran compañero de unas colegas de la Cátedra, quien me contó sobre el desarrollo de ferias de semillas en la Provincia. Junto a Laura Decurguez fuimos a visitar la experiencia de la Chacra Cuatro Esquinas, oportunidad en la que pudimos conocer a Nacho Cuatro Esquinas, quien participa de la experiencia de producción agroecológica Janus en Cordero, y a lxs arquitectxs Raúl García y Adriana Apeceche, quienes tienen un emprendimiento llamado Hierbas del Alto Valle, entre otras interesantes ideas.  
En Loncopué  me reuní con el padre José María Dorfeo y Viviana Wanca, quienes me contaron detalles del histórico plebiscito que en el año 2012 le dijo No a un emprendimiento minero de una empresa china. 
Entre Neuquén y Loncopué, pasando por Plaza Huincul, Cutral Có y Zapala, conversé con varios críanceros que practican la ganadería de trashuman cía y que bajaban con sus animales de la veranada para dar comienzo a la invernada.
Tras un breve paso por unas nevadas Caviahue y Copahue, y tras sumergir mi cuerpo en las sulfurosas aguas de la Laguna del Chancho, me encuentro ahora en Chos Malal para conocer la experiencia y lucha de la Mesa Campesina del Norte de Neuquén, afiliada al Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI) y a la Vía Campesina. 

A cuatro meses de comenzado este viaje, puedo afirmar que la Argentina está de pie, en marcha. A lo largo y ancho del país florecen por doquier experiencias alernativas de producción, distribución y consumo de alimentos. Otro sistema alimentario está siendo construido de a poco, de abajo hacia arriba, pero de manera inexorable. La identificación de estas experiencias es tan sólo un muestreo aproximado, arbitrario, diminuto, de estos procesos en marcha. Ya somos muchxs los que estamos caminando por este camino hacia la soberanía alimentaria.
Enhorabuena que no puedo verlo todo.